El yacimiento de La Serna, situado en el término municipal de Arganda, ha sido incluido por la Comunidad de Madrid en su página web sobre actuaciones en yacimientos arqueológicos.
El yacimiento arqueológico de La Serna, que se encuentra en las cercanías del río Jarama, junto a la carretera de Velilla de San Antonio y dentro del término municipal de Arganda del Rey, ha sido incluido por la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, junto al yacimiento de Valdocarros, en su página web sobre actuaciones en yacimientos arqueológicos en la región.
La parte más antigua del yacimiento data del periodo Neolítico, aunque se han localizado otras tres fases de ocupación: una del Calcolítico, otra del Bronce Medio (caracterizada por estructuras tipo silo) y la última del Bronce Medio y Final, donde se ha documentado un taller metalúrgico. Se localiza en una zona con un alto potencial arqueológico para el municipio, pues en los alrededores se encuentran otros yacimientos como el de Valdocarros, El Verde y Los Villares, en los que se han hallado bienes patrimoniales significativos. La Serna es uno de los yacimientos más importantes del municipio y uno de los más significativos de la Comunidad de Madrid por la singularidad de los bienes hallados en las excavaciones.
Los trabajos arqueológicos, realizados por Arqueoestudio, una empresa especializada en gestión arqueológica, y aprobados e inspeccionados por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, han permitido documentar la existencia de un importante taller de metalurgia en la zona compuesto por un buen número de hornos que aún contenían restos de metales. Igualmente, se han hallado dos piezas poco comunes en la Comunidad de Madrid por su tamaño, como son un molde para fundir hachas y un crisol.
La primera fase de ocupación del yacimiento corresponde al Neolítico y se localiza en el extremo sur. Allí se han hallado 14 silos, donde se ha recuperado material cerámico con decoraciones que permiten fecharlo a mediados del V milenio a.C.
En la zona más elevada se han localizado 70 estructuras domésticas del Calcolítico, las cuales están excavadas en la tierra y es probable que se utilizaran como lugar de almacenamiento o como basureros, porque en algunas se han documentado posibles depósitos rituales de fauna y en otras, materiales cerámicos. En la extensión excavada sólo se ha localizado un enterramiento en la zona norte, donde también se han documentado 139 estructuras con la aparición de materiales cerámicos realizados a mano.
En la parte oeste se han excavado 550 estructuras, entre las que destacan los silos u hoyos circulares de diámetros y profundidades variables en función de su uso como almacenamiento y posteriormente como basureros.
En la zona sur se han documentado diferentes tipos de hornos y hogares que se relacionan con un importante taller metalúrgico de la Edad del Bronce Pleno, datado hace unos 4.000 años. El trabajo del taller de metalurgia consistía en la fundición de diferentes metales como el cobre, el estaño o el bronce para la creación de objetos y armas. Se han halado varias estructuras destinadas a la fundición, entre las que destacan dos estructuras de combustión situadas en el interior de grandes fosas de tipo cabaña.
Además de estas dos cámaras, se han documentado otras estructuras relacionadas entre sí. Una de ellas, de forma ovalada, servía para apoyar dos hogares. Junto a ella se documentó otra fosa menor con divisiones interiores, covachas, paramentos de cuarcitas y elementos de combustión. En torno a esta estructura se han localizado varias fosas menores que podrían haber correspondido a postes para sostener algún tipo de paramento. El tercer tipo de estructura documentada son pequeñas fosas circulares con signos evidentes de la acción del fuego en las paredes. Este tipo de estructuras se relaciona con actividades de fundición de metal.
Entre los bienes hallados durante las actividades arqueológicas destacan un molde de hacha plana y un crisol. El molde está compuesto por una cara con la forma de un hacha donde se vertía el metal para su fundición y por la otra cara es plana. En los laterales hay incisiones con formas para fundir las barras. Por su parte, el crisol es un recipiente que se colocaba en la parte inferior de los hornos y que servía para recibir el metal fundido. El crisol de La Serna mide cerca de 18 centímetros de diámetro y no responde al típico crisol hemisférico de la Edad del Bronce. En el borde se han encontrado restos de cobre, estaño, bronce y arsénico.
Otros elementos hallados son punzones y varillas de sección cuadrangular y circular, y de diferentes tamaños y grosores. También destacan un posible anillo o arete y un raspador. En cuanto a los materiales cerámicos recuperados, todos están realizados a mano y son piezas con alisados finos y bruñidos, y piezas toscas con acabados lisos o decoradas con incisiones. Destacan las piezas de gran tamaño que servían como contenedores y ollas.