La Casa Grande, un enclave emblemático y el único edificio histórico protegido con el que cuenta el municipio de Torrejón de Ardoz, podría pasar a manos del Ayuntamiento en los próximos meses. El Consistorio está en proceso de negociaciones con los actuales propietarios, la familia Onieva, para adquirir este complejo histórico y cultural, según anunció esta mañana el alcalde de la ciudad, Ignacio Vázquez.
Si bien la operación aún no se ha formalizado, Vázquez afirmó que desde el Ayuntamiento se sienten optimistas y creen que el acuerdo se cerrará antes de final de año. No obstante, aunque si conocemos una fecha aproximada para el cierre de esta operación, hasta ese momento no se hará público cuál será el importe total que supondrá esta compra.
Una vez La Casa Grande se haya convertido en propiedad municipal, el objetivo del Ayuntamiento es convertirla en sede universitaria, una de las grandes demandas del actual Ejecutivo local durante los últimos años. Sin duda, este complejo de 10.000 metros cuadrados ofrece muchas posibilidades para la ejecución de este proyecto.
Se trata, según Vázquez, de «un sueño que hemos tenido entre todos torrejoneros» para el que todavía queda «mucho trabajo por hacer», pero que el regidor se mostró convencido de lograr :»En una ciudad como la nuestra, con más de 130.000 habitantes, eminentemente joven en edad y mentalidad y enclavada en una zona estratégica, caerá por su propio peso, al igual que el hospital, la segunda estación de Cercanías, una nueva Comisaría de Policía Nacional o los nuevos juzgados», declaró.
«Proyecto ciudad», más allá de colores políticos
Una vez cerrado el acuerdo, previsiblemente antes de final de año, a partir de 2024 el Ayuntamiento pondrá La Casa Grande a disposición del Ministerio de Educación del Gobierno de España, la Consejería de Educación y Universidades de la Comunidad de Madrid y las universidades públicas madrileñas, empezando por Universidad de Alcalá de Henares, «una de las universidades más importantes en nuestro país en el ámbito público, en la ciudad cuna de Cervantes, y donde muchos torrejoneros han estudiado durante muchos años», apuntó Vázquez.
El alcalde también destacó que este proyecto para crear un futuro campus universitario en el municipio va más allá de las siglas políticas: «Todos tenemos que poner todos muchos granos de arena y ser muy proactivos cuando nos interesa y esa responsabilidad recae, obviamente, en el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz. Es un proyecto de todos, donde no estamos hablando de uno u otro partido, es un ‘proyecto ciudad’ importantísimo que cuenta con el respaldo de todos los ciudadanos y por lo tanto, también de sus representantes», afirmó Vázquez.
El campus universitario podría ampliarse con la parcela del Cuartel de Automovilismo
Si bien la adquisición de La Casa Grande supone un gran impulso para convertir a Torrejón de Ardoz en ciudad universitaria, el proyecto no acaba con esta compra. Los planes del Ayuntamiento también incluyen ampliar el espacio dedicado al campus universitario con la parcela en la que actualmente se ubica el Cuartel de Automovilismo, en la calle Río Tajuña. El Ministerio de Defensa tiene previsto reubicar estas instalaciones fuera del municipio, aunque aún no se conoce la fecha exacta de este traslado.
Además, el regidor también aprovechó su comparecencia ante los medios para mostrar la disposición del Ayuntamiento hacia los ciudadanos para recibir «cualquier tipo de propuesta sobre qué hacer con La Casa Grande, más allá de ese primer objetivo».
Un poco de historia…
Desde sus inicios como casa de labor, administrada por los jesuitas, La Casa Grande ha tenido múltiples usos. La función inicial de la hacienda era abastecer de alimentos al Colegio Imperial de los Austrias, fundado en el siglo XVI por la emperatriz María de Austria, hermana de Felipe II. Durante los siglos posteriores, la orden jesuita fue ampliando los terrenos de esta finca, hasta convertirla en una de las primera granjas de la región, con más de 2.000 hectáreas de cultivos y 7.000 cabezas de ganado ovino.
Tras la expulsión de los jesuitas decretada por Carlos III en 1767, La Casa Grande tuvo diversos propietarios: el comerciante Juan de Aguirre, la familia Pignatelli, condes de Fuentes, y el economista y director de la Casa de la Moneda, José Rodríguez Sedano, cuya notable mejora de las instalaciones hizo que este complejo obtuviera la denominación oficial de «Granja Modelo», como una de las mejores explotaciones agrícolas y ganaderas de la Meseta castellana.
Icono de la historia torrejonera
Durante la Guerra Civil, La Casa Grande fue incautada por la Unión General de Trabajadores y se convirtió en el cuartel de las milicias y en 1972 pasó a ser el cuartel de la Guardia Civil. Finalmente, tras años de deterioro, en 1972 el complejo fue declarado en ruina y adquirida por el empresario cordobés Rafael Onieva Ariza, que se encargó de restaurar la hacienda y devolverle su antiguo esplendor.
En los últimos años, La Casa Grande ha funcionado como hotel y restaurante, además de albergar un Museo de Iconos único en España, con más de 1.200 iconos bizantinos y rusos. Según el Ayuntamiento, este museo, así como el Museo de Arte Morfológico, seguirán abiertos al público después de que este complejo pase a ser propiedad municipal.