Agentes de la Policía Nacional han liberado a 20 personas que vivían confinadas en condiciones infrahumanas en un restaurante del madrileño barrio de San Blas. Las víctimas, habitaban en apenas un metro y medio de largo por 400 euros al mes.
La investigación se inició cuando los agentes detectaron que en el interior de un restaurante, sin actividad, podrían estar alojadas varias personas en precarias condiciones. En total, encontraron 20 personas de distintas nacionalidades entre las que se encontraban dos bebés de menos de un año.
Colchones sobre la barra del bar
Las víctimas vivían en el establecimiento en condiciones insalubres, hacinadas en espacios muy reducidos y no aptos para la habitabilidad. Los responsables habían instalado colchones en la barra del bar, en la cocina bajo la campana extractora o en el patio trasero, separando cada “estancia” por cartones o plásticos.
Al parecer, la propietaria del negocio, una vez cesada su actividad, arrendó pequeños espacios por 400 euros al mes. En el caso de que alguna de las víctimas no efectuara el pago, les impedía el acceso a los suministros básicos y era trasladado a espacios más reducidos como pequeños aseos o incluso a una cámara frigorífica. Además, para amedrentar más a las víctimas, manifestaba ser portadora del Covid-19 y tosía y estornudaba sobre los platos y otros enseres a la hora de la comida.
Tras localizar a la propietaria, los agentes la arrestaron como presunta responsable de delitos de favorecimiento de inmigración ilegal, coacciones y contra la salud pública. También fue detenido el propietario del inmueble ya que era conocedor de lo que sucedía. Las investigaciones continúan abiertas ya que no se descarta la existencia de otras personas implicadas.