Será el segundo rallye-raid para la polifacética y laureada piloto de 28 años
por Goyo Ybort
** Fotos cedidas por SGC, MLC, Jesús Estepa, Javier Benito, GYB
Si el caramelo típico de Madrid es la violeta -desde 1852-, la amatista -también violeta- representaría claramente la esencia y valía de una deportista multidisciplinar como Sandra Gómez Cantero.
Son varios los paralelismos que se pueden establecer entre la piloto madrileña de Cercedilla y esa piedra, variedad púrpura, gema más valiosa y preciada del cuarzo mineral.
Piedra cristalina, entre transparente y traslúcida, de dureza 7 y muy popular. También coincidente con la deportista.
La amatista, a la que se consideraba gema curativa y de múltiples poderes en la Edad Media, puede pasar desapercibida por integrarse en el cuarzo (en griego kritallos, hielo o agua que no podía ser descongelada), que es uno de los minerales más abundante en nuestro planeta, por ende, también en el granito predominante de la sierra de Guadarrama, y que ofrece mayor cantidad de aplicaciones prácticas.
Verosimilitud compatible con la historia de la joven piloto, nacida en la falda de esa misma sierra de Guadarrama, en el seno de una familia humilde y común, amante y practicante de deportes de nieve y de trial sobre roca, que se forja en muy diferentes modalidades de motociclismo off road (de montaña o fuera de carretera), mostrando cierta fortaleza en pruebas de carácter extremo, y brillando, sin perder un ápice de transparencia y sencillez.
Pasando de lo metafórico a lo pragmático, Sandra Gómez Cantero comenzó a competir en trial regional junto a su padre Mariano y su hermano Alfredo. Con 10 años debutó en la Copa de España de Trial Femenino, acabando cuarta clasificada; y cuatro años después ya estaba entre las 15 mejores de Europa (2007).
Con sólo 15 años formó parte de la selección española que ganó el mundial de trial por naciones en 2008.
En trial ha sido subcampeona del mundo individual en dos ocasiones, seis veces campeona mundial por equipos de naciones y cinco subcampeona, atesorando una veintena de podios finales mundiales.
APERTURA AL ENDURO EN TODAS SUS VARIANTES
Como su hermano Alfredo -otrora número uno mundial de trial-, Sandra abrió expectativas y elevó guardabarros delantero, combinando trial con enduro.
Después de acabar tercera en el mundial de súper enduro de 2014, en 2015 sorprendió a la competencia en el AMA Women’s EnduroCross Championship y se convirtió en campeona de Estados Unidos (gracias a una microfinanciación colectiva para completar el certamen). Ese mismo año subió un peldaño en el mundial, donde remató la faena en 2016, al lograr el título de campeona del mundo de la especialidad que concentra todos los obstáculos posibles en un circuito corto y muy selectivo.
Mágico ese 2016 en el que, además, firmó el subcampeonato mundial de trial, en individual y por equipos, también el segundo puesto en los Seis Días Internacionales de Enduro (mundial de todoterreno por naciones) y comenzó a despertar atención en las exigentes pruebas de hard enduro, modalidad en la que se adentró la temporada anterior.
De sus óptimas actuaciones en el denominado WESS (World Enduro Super Series) de esta disciplina (de carácter extremo por superficies, desniveles y obstáculos), se debe destacar el sensacional 13º puesto absoluto en la máxima categoría gold de la Red Bull Romaniacs de Rumanía, siendo la primera mujer del mundo en completar la considerada como competición más extrema del planeta.
Gómez también destacó en la otra gran cita del hard, la ErzbergRodeo austríaca, así como en la Red Bull Minas Riders de Brasil, en Ukupacha Extreme o The Wall Xtreme y, en el ámbito doméstico, en Hixpania, haciendo historia como primera mujer clasificada.
En su variopinto palmarés también cabe haber disputado el trial más antiguo, largo y duro del mundo, los Scottish Seis Días, llegando a ser 17º en First Class y 68ª scratch en 2018, entre centenares de hombres.
Es triple medallista del campeonato del mundo de enduro por naciones y de los X Games y atesora la medalla de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo del Consejo Superior de Deportes y la medalla de oro de la Real Federación Motociclista Española, con la que fue reconocida a los 15 años de edad.
RUMBO AL GRAN RALLYE-RAID
Todavía con 28 años (cumplirá los 29 a finales de enero de 2022), Sandra va a afrontar su primer Dakar, segunda experiencia en la disciplina de rallye todoterreno o raid, después de su debut en el Rallye de Marruecos del pasado octubre, que lo completó con éxito en la posición 31ª de la clase Rally 2, siendo segunda mujer clasificada.
Gómez Cantero iniciará la que será su vigésima temporada en competición, decimosexta en alta competición internacional y novena más allá del trial, participando en la considerada prueba reina del motor, del 1 al 14 de enero.
Será la primera piloto madrileña motociclista de la historia en afrontar el Dakar y lo hará a los mandos de una Husqvarna 450 c.c. dentro del equipo Xraids Experience Clínicas Cres.
Sandra llega a la edición número 44ª -tercera en Arabia Saudí- de la carrera-aventura ideada por Thierry Sabine sin mucha experiencia raider pero con vasto bagaje todoterreno; al estilo de las grandes predecesoras en el desierto, como las francesas pioneras Martine De Cortanze, Christine Martin, Nicole Maitrot o Veronique Anquetil, las alemanas Patricia Scheck o Andrea Mayer y su compañera de la selección española Laia Sanz, la mejor en la historia de esta prueba.
Justo antes de que Gómez cambiara su residencia de Cercedilla por la del desierto árabe, pudimos entrevistarla en profundidad, formulándole 28 cuestiones, una por cada año de vida.
ENTREVISTA
SANDRA, EN MODO MÁS PERSONAL
¿Qué lectura de vida haces de tus 20 años como piloto en el mundo de la competición off road?
“Nunca me había detenido a pensar lo que he conseguido o lo que soy. De pequeña elegí esto, mis padres me lo alinearon un poco, lo decidí, y no habría hecho otra cosa, ahora lo tengo claro, porque me ha aportado mucho, mucho”.
¿Qué tres cosas has aprendido en toda tu vida deportiva y que puedes aplicar en la vida cotidiana?
“He aprendido que hay que luchar por lo que crees, que no importa lo que te digan. No hace falta que estés convencida, pero si una parte de ti cree que puedes hacer algo… Y he aprendido a no rendirme cuando las cosas se ponen feas, pues sí realmente lo quieres, eso está ahí. Hay veces que creemos que no hay segundas oportunidades, pero muchas veces sí que las hay”.
¿Qué es la familia para ti?
“Todo. Hay diferentes familias, a lo mejor. La que tenemos de sangre no la cambio por nada, y eso que hay parte de ella que de una moto sólo sabe que tiene dos ruedas, y ya está. La familia también la necesitamos para saber qué hay más allá, y considero familia a mucha gente que te vas encontrando. Esa es la familia que tú haces. Mi núcleo más próximo es equipo, familia y de todo”.
¿El apellido Gómez en el motociclismo off road ayuda o pesa?
“El apellido Gómez se lleva bien (se ríe). He conseguido tener un sitio en el motociclismo sin ser la hermana de Alfredo o la hija de Mariano, pero ellos siempre van a estar, y creo que mi hermano también lo ha conseguido. Hay sitios donde ya le han preguntado si era mi hermano, ya no es, quizá, como cuando yo empezaba, siempre he sido la hermana pequeña, evidentemente vas detrás, pero creo que los dos hemos conseguido diferenciarnos y ser importantes individualmente, y juntos, pues, mejor aún”.
¿Sobre qué tres o cuatro pilares se sustentan tus éxitos como deportista?
“Uno es la familia, por supuesto, otro diría que la constancia, el trabajo, la superación. Todo eso creo que aguanta mucho de lo que soy”.
Como mujer y piloto ¿te respetan más los rivales en competición o la sociedad como mujer deportista?
“Creo que la sociedad va un poco más deprisa, al menos en mi entorno, que la competición en sí. Dentro de la competición, sí que nos respetamos todos, siempre habrá alguien que no, pero creo que seas mujer, seas bajito o tengas la tripa grande no incide. Es verdad que lo más difícil de todo es, al final, lo que esté relacionado con el dinero; ahí es donde está el atraso o, un poco, el respeto”.
¿Cuál es la diferencia entre una mujer motociclista off road si nace en Madrid o en Roma?
“Una mujer deportista de alto nivel en Italia puede optar a ser Fiamme Oro (especie de funcionariado estatal ligado a la Policía del Estado), y eso sí que molaría que lo tuviésemos en España”.
¿Qué es lo mejor y lo peor en la vida cotidiana de un piloto de competición?
“Lo mejor es: las horas que pasas haciendo lo que más te gusta, que está claro que un día no te apetece y vas igual, pero si el año tiene 365 no te apetecen 15 (se ríe), los demás te apetece, y eso es lo mejor. Lo mejor también es que conoces a gente que es increíble y por todo el mundo. Y lo peor es: lo que hay detrás, siempre se dice que lo peor son las lesiones, pero yo creo que lo peor es estar buscando ayudas, la tensión de encontrarlas o no, no tener dinero para hacer cosas que quieres, que sabes que puedes. Para mi, eso es lo peor”.
España fue un paraíso de bonitos y largos enduros y raids ¿qué echas de menos ahora?
“Yo no pude vivir ese paraíso de enduros y raids en España, creo que hay sitios increíbles, creo que la moto, realmente, no hace tanto daño y que en muchos lugares ayuda más que hace daño. Me hubiese encantado vivir cuando mi padre podía montar y llegar a sitios maravillosos en moto, me hubiera encantado llegar. Aparte, yo me he criado en la naturaleza y soy amante total de ella; creo que este tema es más de regulación que no de prohibición. Ahora sí que hecho mucho de menos poder montar en moto por mi pueblo. Somos súper afortunados de tener un circuito, pero yo entrenaba trial en un antiguo vertedero y ahora no se puede hacer nada, es una lástima, y ojalá esto cambie en algún momento”.
Más allá de la competición ¿a qué dedica Sandra su tiempo?
“A lo que viene siendo la preparación de la competición, a eso le dedico casi todo el tiempo, y en prepararme, prepara la moto, la logística, atender a patrocinadores, a entrenar, a estirar, a ir al fisio, y a todo lo que supone el entorno para alguien que compite cada fin de semana. También intento poder hacer otras cosas que me gustan, como esquí, escalada, natación, montar en bici, y así disfrutar más aún. No me gusta mucho ir al gimnasio, pero también voy. Y luego intento estar con los míos, con mi pareja, con mi familia y a trabajar con la RFME, la Comisión Femenina, en el programa de Garage TV, haciendo de piloto de doblaje en alguna serie, dando clases de moto… bueno, a ganarme la vida, ya que sólo como piloto de motos no me la puedo ganar”.
SANDRA, EN MODO PILOTO DE CARRERAS
¿Qué tres condiciones ha de tener un piloto hoy para estar en lo más alto de trial o de hard enduro?
“Esta es difícil. Aunque he ganado el mundial de súper enduro, el trial de las naciones, un montón de carreras, he ganado el AMA estadounidense, considero que no he llegado a lo más alto. He terminado carreras, incluso impensables para mí, pero, no lo sé, sigo buscando las condiciones para ser mejor, y aunque llevo muchos años en los podios, siempre hay algo que tienes que mejorar. No creo ni que sea algo que sea igual para todos, ni que yo lo haya conseguido, porque, para mí, todavía no he llegado a lo alto. En mi opinión el deportista necesita tener ganas, lo que le lleva a tener motivación, a superarse a si mismo y ser constante. También un entorno favorable a que le empujen, le animen, que estén con él en lo bueno y en lo malo, y que se encuentre con un equipo o una moto que sea capaz de hacer lo que ese piloto quiere”.
De las necesidades que una persona tiene cada día en una competición de varios días, o de las situaciones que vive, ¿cuáles se llevan peor?
“Muchas veces, lo que quizás llevo peor es que sueles estar con gente que durante las carreras, es verdad, está nerviosa, y dices: a éste qué le pasa. En mi caso, muchas veces, yo lo comparto con mi hermano, que ya nos conocemos y los dos sabemos que el otro está nervioso; pues, quizá, es lo difícil, aguantar ahí los dos, con tu marrón y el de tu hermano o hermana. No obstante, todas las carreras intentamos prepararlas bien, con antelación, sobre todo la logística para que esos días no falte nada. No sé, yo no llevo nada peor, creo que estar en ese entorno es mi estado de confort”.
Has competido con infinidad de equipos y máquinas ¿es la prueba de que cualquiera puede adaptarse y ser competitivo en cualquier situación?
“Sí, he competido con diferentes marcas, es lo que hay, a veces buscas la motivación o el mejor postor (se ríe); al final, amamos estos deportes, pero también tenemos que vivir de algo. No sé si cualquiera puede adaptarse y ser competitivo, hay mucha gente que no, que se hace a una moto y no le saques de ella. En mi caso, es lo que hay, y sino lo hacía así no hubiera hecho lo que he hecho, ni estaría donde estoy”.
No parece fácil, ni es habitual, pero ¿cómo explicas que puedas bajarte de una moto y competición de trial y competir a los pocos días sobre una moto de enduro o viceversa?
“A los pocos días, o al día siguiente, porque he llegado a correr mundial de súper enduro y seguido nacional de trial, o sea que…Desde siempre, mi padre no me dejaba tener manías, bastaba con que todo estuviera bien, en su sitio, y que me diera cuenta de ello. Me posibilitaba manejarme mejor cuando cogía la moto de otra persona u otra moto diferente, y además viajando bastante joven a otros países, incluso a América, era lo que había, adaptarte o morir, Cuando ganaba en Estados Unidos había una moto allí y otra en casa, que eran completamente distintas, los desarrollos y demás, pero era lo que había… tenía que cambiar yo porque las motos son las que son”.
¿Tipo de terreno favorito?
“Las zonas de ríos me gustan bastante, siempre me ha gustado con la moto de trial. He corrido seis años los Seis Días de Escocia. Y la moto de enduro me gusta mucho, y en terreno mojado más”.
¿Qué tipo de carrera, enduro o raid, deseas encontrar?
“Siempre me va más una carrera que sea técnica, en el caso del Dakar, una carrera que sea un poco más lenta, quizá, por la mínima experiencia de Marruecos, donde me sentí bien en las dunas. Que haya dunas, que haya piedra, que hubiera que cruzar algún río… es lo que a mi me iría bien. En cuanto a navegación, pues estoy aprendiendo; en Romaniacs, por ejemplo, te diría que la navegación me va bien, pero es una navegación completamente diferente. Y en cuanto a los rivales, a mi me gusta que esté todo muy apretado porque, sin querer, te exiges mucho más, y cada segundo cuenta. Una carrera así es perfecta”.
Madrugada en la línea de salida, después de dormir poco y arrastrar el cansancio de jornadas anteriores ¿qué piensa y qué siente un piloto de motos antes de abrir gas?
“Cuando estás en la salida, pues te deja de doler un poco todo, dejas de tener tanto sueño e intentas que los músculos estén un poco calientes; sobre todo en salidas de Marruecos o de Romaniacs, donde te duele todo, realmente. En mi caso, es paso a paso y poco a poco, al final son carreras en las que, por ahora, yo no puedo aspirar a ganar, sino a ganarme a mí misma”.
¿Cómo reconviertes la energía tras un susto?
“Pensando en positivo. Enseguida, pues estos deportes son una serie de mini fracasos y mini éxitos durante todo el día, entonces, hay que seguir. Me acuerdo en Rumanía, el último día me pasé toda la jornada diciéndome, en voz alta, ¡vamos, vamos, vamos, venga, venga!, todo el día así. En cuanto paraba por cualquier cosa, era un ¡venga, venga, vete de aquí ya! y eso es, un poco, el recomponerte para seguir”.
De la primera vez que te subiste a una moto de trial, a la última que lo has hecho, ¿qué escalas has experimentado como deportista?
“De la primera ni me acuerdo, ni era consciente de ello, eso fue ‘culpa’ de mi padre y mi madre, pero, vamos, desde ese momento hasta ahora lo que siento es que la moto es mi sitio, donde me siento cómoda, donde he experimentado todo. Ahí hay mil días de todo, de alegrías, de llorar, de que no te apetece entrenar, pero vas. Al final, como persona, creo que me ha hecho mejor, también. Me he hecho más consciente de que el trabajo da sus frutos también”.
Si tuvieras que volver a empezar tu carrera ¿qué dos soluciones técnicas de las motos modernas habría de tener tu primera moto de competición? ¿Qué dos avances te llevarías del siglo XXI al XX?
“Afortunadamente, no soy tan mayor, ya que cuando entramos en el siglo XXI yo tenía 7 años, por lo tanto, estaba empezando (se ríe); pero lo que creo que ha sido un grandísimo avance es el arranque eléctrico, y ahora lo estamos viendo con las motos de trial; en competición no lo estamos llevando, pero así empezamos en el enduro, que al principio nadie lo llevaba. Y bueno, también, que yo ya he vivido con mousses, pero aún veo llevar cámara de aire que me parece un poco anticuado, porque el mousse es más caro, pero te olvidas de todo”.
¿Cuáles eran las excelencias de tus rivales y de sus máquinas en tu primer campeonato del mundo? ¿Qué pudiste echar de menos entonces?
“Pues sus excelencias eran que mis rivales eran más grandes, más mayores, tenían más experiencia, todo; y sus motos eran como la mía. En el mundo de las chicas todavía no trabajaban nada de prototipos, muchas llevábamos motos de serie, yo tanto en trial como en enduro, haces algún pequeño retoque y ya está, pero nada más. No eché nada de menos en mi primera carrera en República Checa, yo la recuerdo bien, quedé la decimosexta, me faltó una posición para coger mi primer punto, pero recuerdo que me lo pasé pipa y no creo que me hiciese falta nada más. Desde luego, me hacía falta experiencia y de todo, aprender mil cosas, pero tenía catorce años y no era el momento de aprender eso, era el momento de disfrutarlo”.
¿Qué pensaste la primera vez que tuviste que subir una pared o zona de trial con una moto de enduro? ¿Echaste de menos la moto de trial?
“La verdad es que, al principio, las paredes con la moto de enduro me daban bastante respeto, pero la moto de enduro te ayuda mucho más que la de trial, en cuanto tienes un poco de inercia, la suspensión es más grande… En el trial se trata de perfeccionar, de ser perfecto, o casi perfecto, realizando una zona; en el enduro da un poco igual, a mi lo que realmente me costaba era sacar los pies de las estriberas (se ríe), pero en el enduro siempre he creído que si alguien había subido por ahí era porque se podía y, quizá, eso me habría hecho más falta pensarlo en el trial. El trial es una disciplina demasiado técnica. Además, creo que en el enduro las motos pueden ser, incluso, más importantes en ese porcentaje de quién hace qué, moto-piloto, que en el trial, donde pienso que el piloto predomina más. En el enduro, los escalones, las trialeras, me he dejado guiar por lo que ya sabía del trial y aplicarlo a la moto de enduro, que realmente es lo difícil al principio, pues pesa más, es más larga, sobre todo; pero sí que te ayuda mucho la moto”.
¿Puedes ordenar lo siguiente: técnica del piloto, fuerza mental, dotes de navegación y tecnología de la máquina?
“Creo que diría, fuerza mental, dotes de navegación y luego, a la vez, técnica del piloto y tecnología de la máquina. Pero todo es muy relativo, porque sin el piloto la máquina no funciona, y si la máquina no va, el piloto tampoco”.
¿Qué admiras o valoras más de un rival en carrera?
“Me fijo mucho técnicamente en todos, cogiendo lo que más me gusta de cada uno. Admiro también cuando a alguien le da igual lo que ocurra a su alrededor y va a por su objetivo, pase lo que pase”.
¿Con qué piloto de la historia de trial o enduro te hubiera gustado medirte en una prueba o simplemente entrenar unas zonas o unos tramos?
“Me habría encantado poder entrenar, no medirme -porque eso ni de coña-, con Amós Bilbao y Dougie Lampkin, a los dos los admiro mucho. En enduro he competido en los X Games, en el AMA o en los ISDE con chicas que eran mis ídolos de pequeña, como Tarah Gieger, y esos momentos no los cambio por nada. También me hubiese encantado ser capaz de rodar con algunos de los pilotos norteamericanos o simplemente ir a montar en moto con Travis Pastrana, con quien sí he ido a cenar, pero no a rodar en moto”.
¿Has tenido algún piloto off road como referencia por su pilotaje en moto?
“Siempre me ha gustado Dougie Lampkin, su pilotaje, por el suelo, más clásico, y, evidentemente, admiro mogollón a Toni Bou, pero el estilo de Dougie me gustaba más. Y en enduro me gusta mucho como pilota Manuel Lettenbichler o el riesgo que asume Bylly Bolt, bastante; claro que, si no te sale, luego acabas en el hospital. Pese a ello, mi punto de mira siempre ha sido Alfredo (su hermano), en trial y en enduro. Es quien me ha enseñado y a quien me parezco montando, y a mucha honra. Me parece un piloto muy consistente, en trial tenía una cabeza increíble y en enduro también, pero en enduro, creo, que destaca más su manera de montar, su martillo pilón, que va a ritmo y te va a pasar por encima, si hace falta para mantener ese ritmo”.
¿Cuáles son tus deseos, deportivos y en general, para la campaña 2022?
“Primero, vamos al Dakar con el objetivo de acabarlo. La clasificación femenina también está ahí, y cuando salgo, salgo a ganar. Un Dakar no voy a ganar, pero quizá en categoría femenina sí, eso habrá que ir viéndolo, desde el día 1 creo que no lo voy a mirar, ya más adelante, pues son muchos días y ya se verá; si cabe la posibilidad de estar ahí o no, porque tampoco sabemos que ritmo voy a llevar o van a llevar mis rivales. En la temporada 2021 está la puerta abierta a diferentes cosas, hard enduro, quiero seguir en Romaniacs, en Hixpania, en carreras que me llenan y me motivan mucho, un objetivo sería terminar la Edberg Rodeo, es una locura de objetivo, pero Romaniacs también lo es. Primero vamos a ver qué pasa en enero, y seguiré corriendo todo lo que pueda, trial, enduro y, ahora, rallye TT”.
¿Tienes previstos otros retos o sueños que te gustaría cumplir en años venideros?
“Bueno, el Dakar ya era a vista, y ya está aquí. Trabajo en la Comisión Femenina de la RFME porque creo que se pueden mejorar las cosas y para que, poco a poco, las chicas que vienen se encuentren un futuro mejor. Profesionalmente, mi deseo sería que la Comisión desapareciera, porque hubiese un equilibrio y no necesitásemos impulsar a las chicas”.