Los 300 mil años de Arganda

Día

Para conocer la historia de Arganda del Rey, podríamos comenzar por dividirla en tres etapas: La primera abarca desde la Prehistoria hasta el Siglo XV, cuando distintas civilizaciones como los celtas, romanos o árabes se instalaron hasta la consolidación como población. La segunda etapa comienza en el siglo XVI y acaba en la mitad del siglo XIX. Arganda se ve afectada por sucesos como el del Motín de Arganda o la Guerra de la Independencia pero se alza para empezar su crecimiento económico, que no se pone plenamente de manifiesto hasta la tercera etapa, que va desde la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días. Un crecimiento paulatino que ha explotado en los últimos años convirtiendo a Arganda del Rey en una de las ciudades más prosperas y con más futuro de la Comunidad de Madrid.

Prehistoria

Palaeoloxodon antiquus (Áridos 2, Arganda del Rey, Madrid)

El origen remoto de lo que hoy es el término municipal de Arganda del Rey bien puede situarse hace más de 300 mil años, que es la fecha de datación de los restos paleolíticos depositados en el Valle del Jarama, descubiertos a principios de la década de los años 70. Dos yacimientos en los que  se localizaron abundantes restos óseos de animales y útiles de caza fabricados por el hombre, aunque no restos humanos. Destaca de este importante descubrimiento el hallazgo de  “Miguelito”, un elefante prehistórico que en la actualidad está en el Museo Arqueológico Regional.

Historia Antigua

Los primeros moradores de los terrenos de Arganda del Rey fueron los Celtiberos que ocupaban la región de Carpetania, y que llamaron a este territorio “Arkanta”, cuyo significado era Terreno de las aguas. Tierras que fueron ocupadas  por los romanos a partir del siglo III a.C. La huella romana quedará impregnada en el topónimo de Arganda que, según los filólogos, proviene de “Área Canda” o superficie blanca, por la tonalidad que daba al terreno la abundancia de calizas. Existen textos romanos de Ptolomeo, donde se citan varias ciudades como asentamientos prerromanos, entre los que encontramos Alternia (Arganda), aunque no existe ninguna evidencia arqueológica o epigráfica que nos hable de ello. Otros vestigios de la época romana, aparecidos junto al manantial de Valtierra, atestiguan la celebración del culto a las “ninfas varcilenses”, como rito de protección del agua.

Los primeros asentamientos estables en lo que hoy es Arganda datan del siglo XI, tras la reconquista de Castilla con la toma de Toledo en 1118  y la creación del señorío de Alcalá, a la que perteneció Arganda, Vilches y Valtierra. Pocos años más tarde, el rey Alfonso VII concede este señorío al Arzobispo de Toledo. De esta época se mantiene en pie el monumento más antiguo de nuestra localidad, la ermita mudéjar de Valtierra, del siglo XIII, de la que sólo se conserva la fachada norte, el muro sur y parte del muro oeste.

La peste que asoló la comarca en la segunda mitad del siglo XIII, provocó que los habitantes de la época abandonaran los poblados de Vilches y Valtierra, para instalarse en los terrenos de lo que hoy es Arganda del Rey, para dar lugar así al primer núcleo importante de población.

Historia Moderna

 El Duque de Lerma, protagonista
del Motín de Arganda[/caption]

Arganda perteneció al Arzobispado de Toledo hasta que, en 1583, Felipe II le otorgó la condición de Villa Realengo tras el pago a la Corona de 10.000 ducados. Una situación que se mantuvo  hasta 1613, cuando fue adquirida por el todopoderoso Duque de Lerma. Compra que dio lugar a  uno de los episodios más significativos de la historia de nuestro municipio, conocido en la historia de España como el “Motín de Arganda”. El motín fue un movimiento “antiseñorial” motivado por el descontento social por dejar de ser Villa de Realengo, para pasar a ser un dominio de la Casa Ducal de Lerma. Revuelta contra el valido de Felipe III, que se produjo el día de su recibimiento en la Villa cuando el Duque, ante el temor por su integridad física, intentó sobornar al Alcalde lo que agravó la situación y provocó la huida del noble a Madrid.

El final de una nueva plaga de peste, que volvió a dejar sentir sus efectos en Arganda a principio el siglo XVII, llevó a los vecinos a la construcción de la Ermita de San Roque para dar gracias por  el término de la plaga.

En 1808, tras la invasión de los franceses y en plena Guerra de la Independencia, Arganda fue invadida por las tropas francesas lo que provocó la destrucción y saqueo de numerosos edificios, entre ellos la antigua  ermita barroca de Nuestra Señora de la Soledad, Patrona de la localidad, destruida en gran parte, al igual que sus retablos y la primitiva imagen de la Virgen. Las obras para la rehabilitación de la Ermita costaron más de 40.000 reales, y el afamado escultor de la época, José Ginés, fue el encargado de crear la nueva talla de la Patrona de Arganda.

Historia Contemporánea

En siglo XIX Arganda conoce una época de esplendor  y crecimiento económico como nudo de comunicaciones entre Madrid y la costa levantina, que se traducen en mejoras urbanas en el municipio, y la construcción de una línea de ferrocarril, en 1849,  que unía Madrid con la localidad de Alocén en Guadalajara. Tren que prestaba servicio a los viajeros de la época y a la empresa La Azucarera para el traslado a la capital de sus productos. Siglo en el que se construye también la Torre Telegráfica Óptica que formaba parte de la red de comunicaciones a distancia que comunicaba Madrid con la Valencia.

Cerro del Melero, en Arganda del Rey. Trincheras del Ejército de la República de España durante la batalla del Jarama (1937) junto al Hospital. El complejo está señalizado, marcado con una senda y se inicia junto a un monumento con versos de Pablo Neruda, paneles explicativos y mirador.

A principios del siglo XX la posición de Arganda como nexo entre la meseta con la costa levantina se refuerza con la construcción, en 1910, del Puente de Arganda, una construcción de hierro que facilitó el transporte de mercancías. Obra que jugó un papel estratégico en la defensa de Madrid durante la Guerra Civil, ya que en las inmediaciones de él se desarrolló la Batalla del Jarama, de la que quedan numerosos vestigios en la municipio, como el Cerro del Melero, un yacimiento arqueológico que ha sido recuperado y musealizado, y que permite la visita de las trincheras y puestos defensivos de uno de los episodios más significativos de la contienda.

En la década de los años  60 se inicia la explosión demográfica de Arganda, gracias al desarrollo y crecimiento de su polígono industrial, hoy el segundo más grande de la Comunidad de Madrid, y que favoreció el aumento de la población del municipio que pasó de los 6.000 habitantes en 1960, a los  22.000 en los siguientes años hasta alcanzar, en la actualidad, una población quien ronda los 60.000 habitantes, y completar así su transformación de villa en una de las ciudades más pujantes de la Comunidad de Madrid.

 

¿Sabías qué…?

Arganda fue escenario de la polémica Viridiana de Buñuel

En 1961, el conocido director de cine español, Luis Buñuel, eligió a Arganda para rodar los exteriores de su película Viridiana, donde puede verse, sobre todo, la plaza de la Constitución, la puerta de la iglesia de San Juan Bautista, la fuente de los Siete Caños y la calle Real. Viridiana está protagonizada por Silvia Pinal, Francisco Rabal y Fernando Rey y está basada en la novela Halma,  de Benito Pérez Galdós, y concebida como una continuación de la película Nazarín,  (1959), también dirigida por Buñuel. La película recibió el máximo galardón del Festival de Cannes, la Palma de Oro. Inmediatamente, el periódico de la Ciudad del Vaticano, L’Osservatore Romano, criticó con dureza la «impiedad y la blasfemia» de la obra. El director español de Cinematografía, que había recogido el premio, fue destituido y la cinta prohibida en España e Italia. Buñuel, saliendo al paso de las interpretaciones de que su historia mostraba una crítica a la caridad por la caridad misma y una sátira del idealismo cristiano.

Cervantes ¿era de Arganda?

Existe desde hace siglos una polémica histórica sobre la dudosa procedencia de Miguel de Cervantes. En aquellos años Alcalá de Henares era el centro jurídico de la comarca y donde fue bautizado. Se sabe que sus abuelos y su madre Leonor de Cortinas eran argandeños, siendo Arganda el lugar en el que están enterrados. Por estos y otros motivos, algunos han mantenido que el célebre escritor naciera y se criara en Arganda, para más tarde trasladarse a Alcalá. No obstante, el origen complutense del Príncipe de los Ingenios está fuera de toda duda desde hace muchos años por los más reconocidos cervantistas actuales (Jean Canavaggio y Carlos Alvar, por ejemplo), y pasados, como Luis Astrana Marín, que localizó la ubicación exacta de su casa natal. Su partida de bautismo original en la iglesia de Santa María la Mayor, de Alcalá, o la firma en 1580 de su puño y letra como «natural de Alcalá de Henares» de un documento relativo a su cautiverio, son solo dos de las numerosas evidencias del nacimiento del más grande escritor español en la ciudad de Alcalá. Aún así, Arganda conserva «el beneficio de la duda», aguardando la esperanza de poder tener el orgullo de haber visto nacer al creador del ingenioso Hidalgo.

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