Ilan Chester: “Este concierto en Madrid es producto de una deuda doble, con el público y con mi hijo”

Ilan Chester, reconocido como uno de los cantautores contemporáneos más talentosos del continente americano, regresa a Madrid con Una experiencia musical, un concierto íntimo que promete cautivar a la audiencia en una única presentación en el Teatro Fígaro, el martes 14 de diciembre a las 20:00 horas. Las entradas ya están a la venta en la web del Teatro Fígaro.

Con motivo de su visita a la capital española, lo abordamos a propósito de las razones de su viaje, el concierto y su visión acerca de la vida en su país de adopción: Venezuela.

  • ¿Cómo nace la idea de hacer este concierto en Madrid?
  • La idea del concierto en Madrid es producto de una deuda doble. La primera, con el público que reside en Madrid y que ha seguido mi carrera musical. Ha sido insistente la invitación y considero que esta es la oportunidad. También estoy visitando a mi hijo mayor, Juan Carlos, quien, aparte de ser un amante de la música, tiene madera de empresario. Es así como conversamos el tema y coincidimos con la idea de producir este show. Esta visita también coincide con un itinerario de viaje que he planificado y que pasa por Madrid, Dubai y termina en India, donde me quedaré hasta el próximo mes de abril. En Bengal tengo una casita en un Ashram muy bonito a orillas del río Ganges; es una comunidad dedicada a la práctica milenaria del Yoga devocional. Tengo dos años que por el problema de la pandemia no he podido visitar India.
  • ¿Cuándo fue la última vez que te presentaste en Madrid?
  • Hace casi tres años, pero fue un encuentro muy discreto. Sin embargo, estoy trayendo esta nueva versión de mi repertorio que ha resultado ser una verdadera experiencia musical.
  • ¿Qué significa para ti volver a tocar en Madrid?
  • Cuando visito una ciudad en particular, en cualquier parte del mundo, vengo al encuentro cercano con los miembros de mi familia. Venezuela ha sido mi casa y los venezolanos son socialmente mis familiares más cercanos. El venezolano ha sido, durante casi 40 años, el recipiente más fiel que un compositor y cantante como yo puede tener para sus canciones, y yo, por naturaleza, soy una persona agradecida y creo en el amor recíproco.
  • ¿Por qué se llama ‘Una experiencia musical’?
  • Es una experiencia musical por los ingredientes que la conforman. En realidad es un invento muy reciente que puede resultar en una profunda experiencia de sensaciones bonitas y muy sabrosas, expresadas a través de la música.
  • ¿Qué puede esperar el público ante tal magnitud: tú, Gonzalo Grau y Lorenzo Barriendos en un mismo escenario?
  • Es una alquimia muy particular. Somos tres en escena. Yo estaré como siempre, sentado frente al teclado, acompañado, por un lado, de Lorenzo Barriendos en el bajo acústico y eléctrico… Lorenzo es uno de los más geniales músicos de la Venezuela contemporánea, y en lo personal es uno de mis grandes amores. Por otro lado, tendremos a Gonzalo Grau, quien con su talento refleja no solo un pedigree musical de alto nivel, sino también de muy buen gusto. Gonzalo tocará la percusión variada yel Cello. Este trío lo pueden poner en cualquier escenario del mundo y yo personalmente garantizo que quien venga a este encuentro saldrá feliz y con el corazón hinchado de cosas buenas.
  • ¿Dónde estás viviendo actualmente?
  • La verdad es que la única casa propia que tengo es un lugar modesto en India. Tengo un apartamento alquilado en Caracas y visito a mis hijos y nietos frecuentemente en Gainesville en el estado de Florida.
  • ¿Qué significa para ti Venezuela?
  • Venezuela es uno de los países más privilegiados del mundo. Tiene agua por todos lados, tiene el mejor clima del mundo, la tierra es fértil y está llena de mar, montañas, minerales y árboles frutales. La madera humana de sus habitantes es sensible y buena. ¿Qué es lo que falta?: Cordura. Higiene mental y espiritualidad. Esos valores universales que al incorporarlos en nuestras vidas tienen la capacidad de llevarnos a la trascendencia de nuestra verdadera identidad. Como dice el dicho: “Quien mal cultiva la tierra, a su país hace la guerra”. Pero, igualmente, al no cultivar los valores del alma… profundos y eternos, nos volvemos peores que los cuadrúpedos más salvajes. En ese estado de conciencia nadie puede ser feliz. Ahora: pon a una comunidad infeliz a convivir y pregúntame otra vez qué significa para mí Venezuela ¿Qué quieres que te diga? ¿La arepa? ¿El arpa, el cuatro y las maracas?¿El Ávila? ¿El puente sobre el lago? ¿Los tepuyes y el araguaney? ¿Los Roques y el pico Águila? Sí, está bien, ahí está todo ese precioso tesoro. Pero ¿dónde estamos nosotros como seres humanos? ¿Será que en el nombre de lo pragmático y de tener “los pies sobre la tierra”, vamos a seguir dedicando toda la energía humana solo a trabajar, para acumular, para consumir, para almacenar, para entonces envejecer, para perder la pelea ante la vejez y la enfermedad, para luego sentir el terror de la presencia de la muerte, en la más abismal ignorancia de nuestra identidad eterna? ¿Es, acaso, ese estilo de vida en nuestro paso por el territorio venezolano, lo que nos define de alguna manera como venezolanos de verdad o es esa una mentira? La verdad es que somos venezolanos solo por un tiempo, pero somos seres espirituales todo el tiempo. Hoy me llegaron estas líneas a mi correo: “No es cuánto uno sabe lo que nos hace sabios, sino cuánto estamos dispuestos a aprender».  Perdón ¿cuál era la pregunta?

Otras
noticias

Scroll al inicio