Díaz: “Mi sueño es que el Banco tenga que desaparecer por no ser necesario”
  • Entrevista con Antonio Díaz Hidalgo, delegado de Banco de Alimentos de Madrid del Corredor del Henares. Por Goyo Ybort

En el recorrido que estamos realizando desde La Quincena por todos los sectores de mayor interés en la presente situación socio-económico, dentro de ese apartado de metamorfosis resumido en la clave “Reactivándonos”, hoy nos detenemos en la Fundación Banco de Alimentos de Madrid, y más concretamente en su delegación del Corredor del Henares.

El Banco de Alimentos de Madrid es una reconocida organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo -desde la concienciación y el fomento de la solidaridad en la sociedad- conseguir alimentos gratuitamente para distribuirlos así mismo entre entidades benéficas que, a su vez, se cuidan de las personas necesitadas en nuestra región.

“Debemos ser solidarios con quienes por circunstancias ajenas a su voluntad se encuentran necesitados”

El Banco, fundado a primeros de septiembre de 1994, está integrado en la Federación Española de Bancos de Alimentos junto a otros 53; y, a través de esta, en la Federación Europea B.A. que agrupa a un total de 271 bancos. Su tarea ha llevado a la consecución del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2012 y de la Medalla de Plata de Madrid tres años antes.

Desde noviembre de 2014, la entidad está asentada en Alcalá de Henares y al frente de esa delegación, que se cuida del entorno del Corredor del Henares, se halla todo un veterano como Antonio Díaz Hidalgo.

El delegado comarcal asumió esta función hace ya cinco años, después de haber colaborado con Proyecto Hombre en la recuperación de personas con adicciones en una casa de acogida, también de la ciudad cervantina.

La Quincena ha entrevistado a Díaz para exponer la tarea de Banco de Alimentos de Madrid y su dimensión, a raíz de la expansión de la enfermedad por el coronavirus 2019-nCoV.

Sirva como antecedente que antes de mediados de marzo, el Banco atendía a 517 entidades benéficas, habiendo llegado en junio a las 557; y, aunque ha crecido en 42, la organización reconoce que se produce un inicio discreto de vuelta a la normalidad en este apartado; si bien no ha descendido el número de personas que precisan de colaboración y las previsiones apuntan a que las cifras aún podrían empeorar, pese a las ayudas y al retorno a la actividad, pues seguirá habiendo muchos hogares que no puedan afrontar todos sus gastos de mantenimiento.

La perspectiva económica no resulta halagüeña, dado que el paro roza los 4 millones de personas y que casi otras tantas se hallaban en ERTE. El hambre existe en nuestra Comunidad y, como dice el Banco, el hambre no espera.

¿Desde cuándo lleva funcionando la delegación Corredor del Henares? ¿Cuáles fueron sus misiones originales?

“Este edificio fue inaugurado en noviembre de 2014 por Su Majestad la reina y está construido sobre un terreno cedido por el Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Por su capacidad, cercana a los 6.000  huecos/pallet, ha sido co

ncebido como almacén regulador del resto de almacenes que el Banco tiene en la Comunidad de Madrid (colegio San Fernando, en la carretera de Colmenar; Alcorcón y Mercamadrid). Desde aquí también se reparte a más de 50 entidades benéficas del Corredor del Henares”.

¿Cuál es el ámbito de cobertura de esta delegación de Banco de Alimentos de Madrid?

“Desde esta delegación se cubren 50 municipios del denominado Corredor del Henares, abarcando todos los pueblos y ciudades comprendidos entre la carretera de Barcelona y la carretera de Valencia, con poblaciones tan importantes como Coslada, San Fernando, Torrejón, Alcalá, Arganda o Rivas Vaciamadrid”.

¿Quiénes forman parte de la delegación? ¿Cuántos voluntarios?

“La característica fundamental del Banco es que se nutre de voluntarios y de donaciones. En esta delegación somos más de 50 voluntarios que llamamos fijos, es decir, que estamos comprometidos a venir regularmente cuatro horas diarias, varios días a la semana. Salvo cinco puestos muy específicos,  tales como jefe de almacén y quienes tienen que manejar máquinas especiales, que son personal contratado, el resto somos voluntarios. Como, generalmente, los voluntarios somos personas jubiladas, ahora estamos confinados teletrabajando en lo que se pueda. Ha habido una gran afluencia de voluntarios jóvenes que han acudido ante la gran demanda provocada por la crisis”.

¿Qué fórmulas de voluntariado admite la organización?

“Se admiten todas las formas posibles, individuales o corporativas, permanentes u ocasionales… Hay empresas que dedican horas de su personal a voluntariado en recogidas, clasificación de alimentos, etc. Debemos tener en cuenta que en una gran recogida el Banco mueve entre 19.000 y 20.000 voluntarios en un solo fin de semana, y más de 3.000 en la clasificación de los alimentos recogidos”.

¿Qué le ha llevado a ser voluntario de Banco de Alimentos?

“Devolver a la sociedad parte de lo que de ella recibimos. He colaborado en alguna otra ONG pero es aquí donde creo que puedo aportar más. Entiendo que debemos ser solidarios con las personas en riesgo de exclusión social, es decir con aquellos que por circunstancias ajenas a su voluntad se encuentran necesitados”.

¿Cómo ha sido la distribución antes y después de marzo?

“El Banco no reparte a particulares, sino que lo hace a través de entidades benéficas legalmente constituidas, bien sean de consumo o de reparto. Antes de marzo, desde esta delegación se distribuía a 54 entidades. A partir de marzo, el número de entidades a las que se reparte desde Alcalá, casi se ha duplicado porque hemos tenido que crear unas entidades, que llamamos cabecera, en cada uno de los distritos municipales de Madrid capital y a las que se suministra desde Alcalá. Las entidades benéficas se han visto desbordadas por las derivaciones que han hecho los servicios sociales de los distintos ayuntamientos, incrementándose en algunos casos en un cien por cien el número de beneficiarios”.

¿Cómo era ese tipo de ayuda?

“Era, y sigue siendo, de alimentos no perecederos, conformando una dieta lo más equilibrada posible que incluye frutas y hortalizas. El Banco recibe alimentos y dona alimentos. Hemos estado repartiendo una media de 6,7 kilos por persona y mes, pero las necesidades obligan a llegar a 10 kilos/persona/mes, teniendo en cuenta que entre los beneficiarios de las entidades existen personas mayores, niños y lactantes. Bien es cierto que el Banco también necesita donaciones dinerarias para sus gastos generales y de personal por mínimo que sea. Generalmente, se obtienen de donaciones tanto de empresas como de particulares”.

¿Cuáles eran los meses más duros para quienes recibían la colaboración?

“Hasta la llegada de esta pandemia, las entidades benéficas han sido bastante estables, puesto que el número de personas en riesgo de exclusión social ha fluctuado poco, siendo en general 1 de cada 6 personas (19% de la población madrileña) las que vivían bajo el umbral de la pobreza, con más de 500.000 en pobreza severa (ingreso mensual por unidad de consumo igual o menor a 355 euros)”.

¿Qué tipo de personas recibían su ayuda antes de marzo? ¿Y a partir de mediados de marzo?

“En general, son familias en riesgo de exclusión social con un nivel de pobreza severa o moderada. Lo que ha ocurrido es que ha habido un desplazamiento de los que estaban en moderada y han pasado a severa, y gente que tenía trabajo ahora no tiene ningún tipo de ingreso. En diciembre de 2019, el Banco atendía a unas 130.000 personas a través de 515 entidades benéficas y actualmente estamos atendiendo a 190.000. En cifras, hemos pasado de distribuir 1,4 millones de kilos/mes a cerca de 2 millones de kilos mensuales, siendo en algunos casos proveedores únicos porque otras organizaciones no han podido continuar sus actividades por falta de medios. El Banco, afortunadamente, ha tenido una gran colaboración de voluntarios particulares, empresas de transporte y hasta del mismo Ejército mediante la Guardia Real, que nos ha permitido seguir con la distribución. El Banco, en colaboración con la ONG World Central Kitchen del chef José Andrés, ha estado distribuyendo 11.000 menús diarios que actualmente se está desescalando”.

¿Qué se transmite de los rostros de las personas que reciben los alimentos en estos días?

“Si bien el Banco no está directamente en contacto con los particulares que reciben los alimentos, lo que nos transmiten las entidades benéficas es desesperación por no poder llegar a tanta demanda como existe y, por otro lado, agradecimiento por la ayuda recibida”.

¿Ha sentido o siente en algún momento impotencia? ¿Por qué?

“Se han vivido momentos de mucha tensión al pensar que no llegábamos a tanta demanda. Ver que la despensa se agotaba y que no disponíamos de medios para repartir lo que nos pedían. Afortunadamente, la sociedad, como siempre, ha respondido. Pusimos en marcha una campaña de donación online con el objetivo de conseguir un millón de kilos y se han conseguido 1.300.000. Se solicitaron voluntarios, porque los que estamos somos talluditos, y han venido cantidad de jóvenes que han trabajado duro para conseguirlo. Adicionalmente, hemos tenido la colaboración de empresas de distribución que han puesto sus medios a nuestra disposición y de la propia Guardia Real en las entregas y la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares, que nos hizo la desinfección de las instalaciones”.

¿Cuáles son las necesidades actuales de Banco de Alimentos de Madrid?

“En general, necesitamos seguir haciendo despensa y la colaboración de voluntarios, ya que algunas de las personas que están actualmente se van incorporando a sus trabajos y hay que sustituirlos. Tenemos una dirección de correo para la confección de una bolsa de voluntariado, que es grvoluntarios@bamadrid.org, en la que se pueden registrar las personas que estén dispuestas”.

¿Cómo se puede colaborar con la delegación del Banco en el Corredor del Henares?

“Como dije antes, el Banco recibe alimentos y dona alimentos y lo que gratuitamente nos llega, gratuitamente entregamos. Para ello necesitamos voluntarios, medios de transporte y evidentemente aportaciones dinerarias para el mantenimiento de la infraestructura. Si alguien puede y quiere colaborar, estamos en Alcalá de Henares, en el bulevar Buenos Aires número 3 del parque industrial Camporroso,  y siempre en la página web del Banco, www.bamadrid.org. Ahora tenemos otra Operación Kilo, denominada Covid-19, dirigida a empresas y de la que esperamos obtener otro millón de kilos”.

¿Cuál es su sueño como voluntario y como persona?

“Sencillamente, que el Banco tenga que desaparecer por no ser necesario. Hasta entonces, seguiré colaborando mientras el cuerpo aguante”.

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