Por Teresa Galindo, Secretaria General de SATSE Madrid
Hace tiempo, cuando empezó la epidemia de Coronavirus, planteamos a la Consejería la necesidad de optimizar las plantillas del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS). Desde SATSE Madrid sabíamos lo escasas que eran, especialmente las de enfermería, matronas y fisioterapeutas, y la necesidad de contar con ellas en caso de que se produjera un contagio por el Coronavirus.
Cierto es que ni en los peores escenarios pensábamos que la situación fuera tan límite. En diversas conversaciones anteriores a la pandemia trasladamos a los responsables del Gobierno autonómico la necesidad de incrementar las plantillas, de prolongar los contratos en vigor y la respuesta siempre fue la misma: El sistema sanitario público madrileño es fuerte y soportará la epidemia como lo hace siempre.
La realidad ha superado a la ficción y los centros sanitarios y sociosanitarios no sólo están al límite sino que funcionan solo por el gran esfuerzo que están desarrollando sus profesionales, todos, no por los planes de contingencia que cuando llegan lo hacen tarde y no siempre son los mejores.
Cuando la pandemia de Coronavirus ha empezado a golpearnos (y aún no ha llegado lo peor) algunos se han sorprendido al comprobar que las plantillas sanitarias eran muy escasas y que el material necesario para hacerla frente, también.
Plantillas que son escasas no sólo en la sanidad pública sino también en la privada donde están haciendo un esfuerzo titánico por aligerar la situación que atraviesan los centros asistenciales del Sermas y que, en nuestra opinión, está siendo poco valorada.
No es tiempo de lamentarse ni de decir “ya lo advertimos” pero es necesario ponerse a trabajar en serio y facilitar a todos los profesionales sanitarios las herramientas necesarias para abordar esta crisis sanitaria sin dejar a miles de usuarios por el camino.
Una enfermera no puede trabajar sin protección, sin los conocidos ya EPIs (Equipos de Protección Individual), ya que, además de contagiar al resto de usuarios, enfermará y nos quedaremos sin un recurso imprescindible para la atención sanitaria y sociosanitaria. No es cuestión de corporativismo sino de pragmatismo. No podemos trabajar sin ellas y lo estamos haciendo, obligándoles a trabajar en condiciones precarias y a costa de su propia salud.
Tampoco podemos permitir que trabajen con los EPIs durante mucho tiempo ya que están diseñados para ser llevados durante un corto de espacio y no durante toda una jornada laboral. Desde SATSE Madrid hemos planteado a la Administración la reorganización de las jornadas de trabajo para que el tiempo de exposición sea menor. Pero necesitamos imperiosamente aumentar las plantillas, especialmente las de Enfermería. Sin el componente humano, la enfermera y el enfermero, nada es posible.
También hemos reclamado la reorganización de las plantillas enfermeras para ubicar en aquellos puestos críticos (UCI, hospitalización de aislados, Urgencias) al personal más formado y no simplemente al último de la lista como ocurre en la actualidad. Hay profesionales con una alta formación que están desarrollando labores muy por debajo de su cualificación y estamos obligando a otros a hacerse cargo de puestos para los que no están lo suficientemente preparados, por no haber trabajado nunca en ellos y solicitan un tiempo para adaptarse. Tiempo que, lamentablemente, no tenemos.
No es hora de lamentos, ni de ataques partidistas sino de trabajar en equipo. Todos los profesionales sanitarios sabemos hacerlo ya que llevamos años desarrollándolo. Ahora solo falta que nuestros responsables políticos lo hagan. Que remen todos a una y en la misma dirección.
No es solo una petición de la Secretaria General del Sindicato de Enfermería en Madrid, es el ruego que hacemos miles de profesionales sanitarios a diario. Necesitamos más EPIs, nos urge disponer de mayores plantillas que permitan el descanso y la rotación en aquellos puestos más expuestos y también que se pongan a nuestra disposición el material necesario para poder cuidar a todos los que forman la gran familia madrileña.