La Policía Nacional participa en un dispositivo para «ver» el coronavirus en las superficies
El Instituto de Salud Carlos III ha aportado medio millón de euros para la investigación de un prototipo que permita el análisis rápido y sin contacto de superficies contaminadas por el SARS-CoV-2 combinando sistemas de adquisición de imágenes en todo el rango óptico y de terahercios y su análisis con Inteligencia Artificial

El Instituto de Salud Carlos III, financiará la propuesta, presentada por investigadores de diferentes instituciones andaluzas para diseñar un prototipo que detecte el virus SARS-CoV-2 depositado sobre superficies de distintos materiales mediante el uso de tecnologías ópticas combinadas con Inteligencia Artificial.

Este grupo de investigadores está integrado por representantes de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla; el Hospital Virgen del Rocío; el Instituto de Biomedicina de Sevilla; la Red Andaluza de diseño y traslación de Terapias Avanzadas (RAdytTA); el TEDAX-NRBQ de la Policía Nacional; el Observatorio Astronómico de Calar Alto (CAHA, Almería); el Proyecto HUMAINT del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea y Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA). Sus miembros decidieron hace varias semanas reorientar proyectos de investigación que ya tenían en marcha hacia la lucha contra el coronavirus.

Este nuevo proyecto está siendo presentado en estos días en diversas plataformas y foros internacionales sobre las aplicaciones de la IA en relación con el virus y la pandemia COVID-19.

Ello supondría un gran avance para ayudar a la limpieza y descontaminación de dispositivos médicos e instalaciones y a la reducción del contagio por contacto.

El equipo de científicos ya venía trabajando en el desarrollo de tecnologías ópticas y fotónicas avanzadas y de inteligencia artificial, aplicadas a diferentes campos.

Esta investigación no contempla pruebas en pacientes ni interferirá en los procedimientos clínicos, de diagnóstico o tratamiento del Covid-19. Se centrará en la toma de imágenes tanto en zonas contaminadas como limpias, para que puedan extraerse conclusiones que permitan avanzar en el prototipo.

 

Un gran desafío
Las mayores dificultades, radican en la escasa información disponible acerca del virus como es su tamaño, apenas 120 nanómetros (millonésima parte de un milímetro).

Aunque los investigadores parten de tecnología disponible, el problema es, la visualización de zonas contaminadas no visibles para el ojo humano y la combinación de técnicas ópticas que resultan muy innovadoras.

Según los científicos embarcados en este proyecto, en sólo tres meses podrían empezar a obtenerse los primeros resultados, con un horizonte de unos ocho meses. Se publicarán los resultados que se vaya obteniendo durante la investigación, incluidos diseños y dispositivos, para posibilitar su utilización y mejora por la comunidad internacional.

Las instituciones e investigadores que participan aportan al proyecto una experiencia amplia en los campos de estudio más directamente relacionados con la misma.

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