Fátima Villanueva: «La percepción de asistir a psicoterapia ha cambiado, sobre todo en las nuevas generaciones»

La psicoterapia ha ganado un creciente reconocimiento como herramienta clave para el bienestar emocional y la salud mental. Sin embargo, aún persisten dudas sobre cuándo es conveniente iniciar este proceso y durante cuánto tiempo debe llevarse a cabo, mientras perviven prejuicios que rodean la decisión de buscar ayuda profesional.

En esta entrevista contamos con la experiencia de la reconocida psicoterapeuta Fátima Villanueva, que nos guía a través de los momentos en los que es recomendable considerar la psicoterapia, así como la duración recomendada de este tratamiento. Además, abordamos los mitos y estigmas que a menudo nos impiden dar el primer paso hacia la sanación, desmitificando así la percepción negativa que a veces rodea a la terapia.

Fátima comparte su conocimiento sobre la efectividad de la psicoterapia y el enfoque que ella ha seleccionado, en una conversación que busca no solo informar, sino también ofrecer una perspectiva clara sobre la valía de la psicoterapia en la búsqueda del bienestar emocional

  • ¿Sigue habiendo prejuicios en cuanto a acudir a la psicoterapia? ¿Es sólo para locos?
  • Realmente considero que la percepción de asistir a psicoterapia ha cambiado, sobre todo en las nuevas generaciones. Hoy en día vienen a terapia jóvenes de entre 20 y 30 años, por muchos temas de ansiedad, depresión y dudas o confusión en cuanto a la mejor forma de enfrentar las relaciones amorosas, familiares o laborales. También acuden aquellos que se acercan a la mediana edad o a la llamada mitad de la vida, entre los 35 y 45 años, quienes consultan por situaciones más intrapsíquicas que tienen que ver con el sentido de su vida y el giro que quieren darle en este momento de quiebre o de cambio necesario. Las personas mayores generalmente no consideran esta posibilidad, excepto que sufran un duelo complicado y cuenten con el apoyo familiar para venir a terapia por una enfermedad, la muerte de un ser querido, etcétera. La persona más mayor que he tenido en terapia tenía 73 años.
  • ¿Cuándo hay que acudir al psicoterapeuta?
  • Yo recomendaría iniciar un proceso psicoterapéutico cuando, por cualquier situación en tu vida, no sepas gestionar o resolver, y sientas un malestar significativo que afecte constantemente tus pensamientos, tus sensaciones corporales y tu vida cotidiana y que sientas que necesitas ser sostenido y acompañado para buscarle solución.
  • ¿Cuáles son los desencadenantes más frecuentes para acudir a la psicoterapia hoy en día?
  • Entre los principales desencadenantes tenemos aquellos que causan un malestar psíquico y físico como ansiedad y estrés, depresión, problemas relacionales, procesamiento de traumas, autoestima baja e inseguridad, crisis existenciales o transiciones de vida, burn out laboral y académico.
  • ¿Cuál es el margen entre el psicoterapeuta y el libro de autoayuda?
  • Un libro de autoayuda puede ser un buen complemento para desarrollar ciertas habilidades o reflexionar sobre temas específicos, pero no reemplaza la profundidad ni el enfoque personalizado de la psicoterapia, especialmente cuando los problemas emocionales o psicológicos son complejos o persistentes. La psicoterapia Gestalt, por ejemplo es experimental, experiencial y existencial, es decir, que durante las sesiones se hacen actividades basadas en la experiencia de vida de la persona y de su existencia. El trabajo es individual, específico y único.
  • ¿Las redes sociales han traído nuevas dolencias? ¿Nuevas soluciones?
  • Las redes sociales han democratizado el acceso a la información, pero también a las fake, de forma que considero que las personas en general están más informadas para aclarar y validar sus síntomas y sus probables patologías, es decir, para ponerle nombre a lo que creen que sufren. Sin embargo, sólo los médicos psiquiatras son los profesionales idóneos para confirmar algún diagnóstico y uno de los problemas es que en redes sociales cualquiera puede creerse sanador. Por otra parte, en las redes sociales no vamos a encontrar soluciones personalizadas a nuestro sufrimiento, porque debe ser tratado individual y profundamente en psicoterapia.
  • A veces, el enfermo es “el otro”. ¿Es válido acudir a terapia cuando se convive o se mantiene una relación con una persona que da muestras evidentes de “problemas”?
  • Es fundamental, porque aunque el «enfermo sea otro», el sufrimiento es de la persona que le acompaña, ejemplo un caso de enfermedad terminal de un ser querido, una pareja con aparente desequilibrio mental, un padre o madre con alzheimer, una familia disfuncional, etcétera.
  • ¿Cuál es tu enfoque psicoterapéutico? ¿Por qué lo elegiste?
  • Yo trabajo con un enfoque humanista, que es un enfoque psicológico centrado en el potencial de las personas para crecer, autorrealizarse y encontrar significado en sus vidas. Se basa en la idea de que cada individuo tiene la capacidad innata de superar dificultades y alcanzar un estado de bienestar. Se llama terapia Gestalt, que trabaja con todo aquello que afecta nuestra vida en el aquí y ahora, con la identificación de lo que se siente y qué hacer con ello, desde nuestra capacidad de responder. Invita a la espontaneidad, a ser quien realmente somos más allá de esas máscaras que usamos para sobrevivir.  También complemento el trabajo usando el psicodrama, que consiste en construir un escenario imaginario en el espacio terapéutico, agregando lo que se va sintiendo como si fueran personajes, y nos permite mirar desde afuera aquello que tenemos dentro, para hacerlo consciente. Ese es el primer paso: el darse cuenta.
  • ¿Cómo se evalúa el progreso de un paciente a lo largo del tratamiento?
  • El progreso se evalúa desde la creación de la relación terapeuta/paciente, que es una pieza fundamental. Sin relación, no hay proceso. Además, el avance en el proceso terapéutico tiene que ver siempre con el “darse cuenta” del paciente y el actuar en consecuencia. El objetivo es que el sentir, el pensar y el actuar del paciente sean congruentes para que tenga una vida satisfactoria. Por ejemplo: si le cuesta poner límites y decir que no cuando quiere hacerlo, le enseñamos a hacerlo, desde la comunicación, estimulándolo a que dé pequeños pasos. O si es muy rígido y siempre dice que no, le enseñamos desde la experiencia el beneficio de ir flexibilizando y superando el miedo o la soberbia que le impiden decir que sí.
  • ¿Cuál es tu perspectiva sobre la terapia en línea y su efectividad comparada con las sesiones presenciales?
  • Yo comencé a hacer terapia en línea desde el año 2014 cuando muchos emigrantes venezolanos solicitaban este servicio. Era un desafío, porque era algo nuevo y en mi escuela esto no estaba contemplado. Sin embargo, yo pensaba que para el paciente era mejor hacer esto online que no hacer nada con su sufrimiento. Yo comencé usando Skype. La mayor limitación del trabajo en línea es perder la visión y los mensajes del cuerpo entero, porque allí hay muchas señales útiles para el trabajo terapéutico. No obstante, se logra afinar el sentido del oído para detectar matices, el de la vista para no perder ninguna seña, y se desarrollan más la intuición y la creatividad para alimentar las actividades experienciales, o el uso de imágenes en la sesión de forma que se compense lo que se pierde. Investigaciones han demostrado que hacer terapia en el idioma materno permite una conexión emocional más profunda y genuina que hacerlo en el idioma adquirido, esto hace que se tengan mejores resultados terapéuticos, por ello la recomendación es buscar un terapeuta en nuestro idioma materno presencial o en línea.
  • ¿Cuánto tiempo puede durar el proceso psicoterapéutico? ¿De qué depende?
  • El proceso terapéutico es individual y su duración también lo es, en casos más simples o que solo se trabaja un aspecto. En la ansiedad, según mi experiencia, se demora algo más de un año. Si hay depresión, traumas o  duelos complicados, el tiempo variará dependiendo del caso y de la persona.  Hay personas que se quedan en terapia porque necesitan un espacio de autoconocimiento, de crecimiento personal, un espacio para ser escuchados en su propio idioma, para aprender a comunicarse emocionalmente, para resolver diferencias en la pareja, familia, con los hijos. Cuando el paciente siente que ha logrado superar la meta que se puso al inicio del proceso, es momento de hacer una sesión de cierre para revisar lo avanzado, lo logrado y lo que queda pendiente.
  • ¿Es frecuente que los pacientes regresen una vez que han sido dados de alta?
  • Sí, muchos pacientes resuelven los temas que los trajeron a terapia y se van pudiendo autogestionar su vida, que finalmente es el objetivo (que puedan autosostenerse). Sin embargo, la vida está llena de cambios y desafíos y en algunos momentos pueden volver para trabajarlos, como por ejemplo, una separación, un duelo, el nido vacío o la crisis de la edad mediana.

Esta enriquecedora conversación con Fátima Villanueva pone en luz que la psicoterapia no solo es una herramienta valiosa para enfrentar los desafíos emocionales, sino también un espacio de crecimiento personal y autoconocimiento. Los prejuicios y estigmas que a menudo rodean la terapia pueden ser superados a través de la educación y la comprensión, permitiendo a más personas acceder a los beneficios de este proceso. La duración y el tipo de psicoterapia varían según las necesidades individuales, pero lo más importante es dar ese primer paso hacia la sanación. Esperamos que esta charla haya brindado claridad y motivación para aquellos que consideran la posibilidad de embarcarse en este camino hacia el bienestar emocional.

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