By Carolina Ulloa – UTH Florida University
En este artículo te compartimos cinco pautas que, según la neurociencia, sirven para cuidar tu cerebro.
1. Ríe. Cuando reímos, sea genuinamente o practicando el ejercicio de reír, se activan circuitos cerebrales y neurotranmisores relacionados con el bienestar y la sensación de sosiego. Estudios funcionales demuestran que al gesticular la risa se liberan serotonina y dopamina, bajan los niveles de cortisol, activándose más de 400 músculos. Uno no se ríe porque es feliz, uno es feliz porque se ríe.
2. Abúrrete. No leíste mal, la celeridad de la postmodernidad enarbola que si no estamos ocupados despilfarramos el tiempo y esto genera hiperactividad amigdalina (sistema que alerta frente al peligro). Los espacios de ocio, recreación y divagación desaceleran el estado adrenérgico y activan la red neuronal por defecto (necesaria para crear, generar nuevas ideas y el fenómeno Eureka). Disfruta una escapada a la dulzura de no hacer nada, solo vive y respira.
3. Mens sana in corpore sano: El ejercicio regular libera factor de crecimiento neuronal estimulando la neuroplasticidad y los circuitos neuronales, liberando neuroquímicos que estabilizan nuestro ánimo y dinamizan nuestro día, además, evitan la cronodisrupción (anomalías del ritmo circadiano).
4. Recuperando rituales. De las zonas azules (lugares habitados por centenarios sanos), Okinawa fue la primera estudiada bioepidemiológicamente. Dentro de las variables resaltaron la preservación de los rituales, claro también comían orgánicamente, practicaban el arte del ikigai, pero lo que repuntó por ser casi sagrado, fue la continuidad transgeneracional de los rituales. El área prefrontal gestiona la cohesión social, nuestro sentido de arraigo, pero también de trascendencia, sentirnos parte de algo ofrece seguridad activando el parasimpático y la oxitocina considerada el pegamento social y neurotransmisor de la empatía.
5. Baja el volumen. Ruidos altos prolongados afectan nuestra percepción auditiva y el entendimiento verbal alterando nuestras relaciones interpersonales. Países con sonotoxicidad tienen más hospitalizaciones, IAM (infarto agudo de miocardio), ansiedad y violencia vehicular debido al cortisol exagerado, por eso la isla Cerdeña (Italia) y Loma Linda (Estados Unidos) son otras zonas azules con sus supercentenarios y su supercerebros.